ruídos / silêncios

El lenguaje que se escurre, dura…

« En los últimos años el artista mexicano Luis Felipe Ortega ha estudiado con obsesión a los artistas neoconcretos brasileños, para quienes el arte no se agota en un planteamiento teórico y tiene que ver más con una dimensión humanista del cuerpo, del fenómeno, de la percepción y de la experiencia, arrojándolo a un terreno altamente especulativo. Un tipo de arte en el que la geometría y la experiencia son siempre complementarias y en el que prevalece una dimensión artística (perceptiva) y no necesariamente científica (demostrativa).

Continuador de esos planteamientos, Ortega propone en este proyecto titulado Ruídos / silêncios (… ou a impermanência de uma ideia improvável) una obra que se apropia de fragmentos de piezas de Hélio Oiticica, Lygia Pape y Lygia Clark realizadas a comienzos de los 60, las descompone y luego las recompone en un mural para finalmente proyectarlas al espacio en un dibujo tridimensional que se sobrepone al plano del muro.

Esa operación de disección y fragmentación de las obras del pasado para su posterior recomposición, le permite entender de qué manera cada una de ellas podrían llegar a tener un sentido como un conjunto, como un solo cuerpo, capaz de afectar a otros cuerpos. Así, la obra que se presenta en el Instituto Guimarães Rosa de México es en su base neo-concreta pero la proyección es un arreglo y un ajuste que realiza Luis Felipe Ortega al neoconcretismo histórico bajo sus propios términos.

Así, selección, descomposición y proyección hacen parte de un proceso que Ortega ha comenzado a explorar en los últimos años, proceso que tiene que ver con un nuevo vitalismo en su trabajo y que ha involucrado una nueva dimensión de la historia del arte de raigambre brasileña. Un vitalismo, que más que una cita o una apropiación, es un desarrollo necesario de la misma manera en que los neoconcretos pensaban el arte de Mondrian o Vantongerloo. »

 

Daniel Montero

«Formas que repercuten afectos entre México y Brasil Ruídos/silêncios (… ou a impermanência de uma ideia improvável) es resultado de la relación que el artista mexicano Luis Felipe Ortega estableció con cierta producción de la vanguardia brasileña de los años 1950-1960, específicamente con la del Grupo Frente, formado por artistas como Hélio Oiticica (1937-1980), Lygia Clark (1920-1988), Lygia Pape (1927-2004), Ivan Serpa (1923-1973) y Aluísio Carvão (1920-2001). En el arte brasileño, los años posteriores a la II Guerra Mundial marcaron un período de cambios profundos, que definieron la cultura brasileña del siglo 20. En São Paulo, los poetas Décio Pignatari (1927-2012) y los hermanos Haroldo (1929-2003) y Augusto de Campos (1931-) gestaban el Concretismo. Mientras tanto, en Río de Janeiro surgió el Grupo Frente, que más tarde se desdobló hacia el Neoconcretismo. Los Metaesquemas, de Hélio Oiticica, y Relevo, de Lygia Clark, son parte de una producción con la cual el artista mexicano Luis Felipe Ortega interactúa sensiblemente en esta obra. El crítico Mário Pedrosa (1900-1981) hablaba de la naturaleza afectiva de las formas y definía el arte como “un ejercicio experimental de libertad”. Lo que vemos aquí, en los muros de la galería del IGR-México, es una muestra de ese ejercicio de libertad, realizado con el rigor y la sensibilidad que marcan la trayectoria de Luis Felipe Ortega. La dimensión política que caracterizó las intervenciones de las vanguardias de los años 1950-60 se mantiene en la medida en que entendemos que hay muchas formas de hacer política; una de ellas es la de renovar y compartir sensibilidades.»

 

Claudia Dias Sampaio,
coordinadora-general del IGR-México

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