La galería Le Laboratoire se complace en presentar la exposición Dispersión y Aglomeración de Ilán Lieberman, en su nueva sede ubicada en el hub creativo G.56 (General Léon 56, colonia San Miguel Chapultepec).

“El proceso es mecánico y no debería ser alterado. Debe tomar su propio rumbo”.
Sol Lewitt

 

En los años sesenta, los sistemas ideales de relaciones lógicas, matemáticas y espaciotemporales se habían convertido en la “materia” misma del arte. Numerosos artistas explotaron la serialidad inherente a distintas prácticas, tales como la pintura, la fotografía o el cine. Dichos métodos de reglas autoregulad(or)as se basaron sobretodo en un lenguaje de formas reducidas, el uso de nuevos materiales o un método de composición no relacional.

La repetición de ciertos elementos y el tratamiento de la figura y del fondo convocan al espectador a centrarse no únicamente en los motivos específicos representados, sino también en la experimentación pictórica que en ellos se refleja. En este sentido, la serialización requiere de un proceso evolutivo que implica una transformación y una articulación entre los diversos elementos compositivos: no necesariamente continua los procesos, los puede contestar, contrariar, hasta desaparecer poco a poco por la disgregación o dispersión de sus partes. 

Walter Benjamin, en su libro “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” afirma:

“Incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra. En dicha existencia singular, y en ninguna otra cosa, se realizó la historia a la que ha estado sometida en el curso de su perduración. También cuentan las alteraciones que haya padecido en su estructura física a lo largo del tiempo.”  

Espectro lunar
acrílico sobre pellón sobre tela
200 x 247 cm, 2022

Horizonte
acrílico sobre pellón sobre tela
110 x 140 cm, 2022

Alineación planetaria
acrílico s … tado sobre tela
65 x 80 cm, 2022

Dispersión y aglomeración
acríl … do sobre tela
110 x 150 cm

Serpiente arcoiris
acrílico sobre tela
180 x 120 cm

Reticula I
acrílico sobre pellón sobre tela
90 x 70 cm, 2023

Reticula II
acrílico sobre pellón sobre tela
100 x 80 cm, 2023

Miriada de lunas 2
acrílico sobre pellón montado sobre tela
117 x 121 cm, 2022

Estalacticas y estalagmitas
acrílico sobre pellón montado sobre tela
150 x 85 cm, 2022

Miriada de lunas 1
acrílico sobre pellón montado sobre tela
113 x 107 cm, 2022

Serpiente espectral
acrílico sobre pellón montado sobre tela
200 x 138 cm, 2022

Horizonte con destello
acrílico sobre pellón montado sobre tela
80 x 120 cm, 2022

Origen y Manifestación
acrílico sobre tela
200 x 200 cm, 2019

La oscuridad es falta de luz
acrílico sobre tela
200 x 200 cm, 2020

Energías descendientes
acrílico sobre tela
120 x 150 cm, 2020

La danza de lo medido y lo inconmensurable
acrílico sobre tela
110 x 100 cm, 2020

Punto amarillo
acrílico sobre tela
200 x 161,5 cm, 2022

Teselas
acrílico sobre tela
120 x 160 cm, 2022

Desde el punto de luz
Acrílico sobre tela
170 x 120 cm, 2022

En esta serie reciente de obras continúo con mi investigación en torno a formas de abarcar el espacio pictórico, que comencé en 2009, utilizando para ello la iteración de gestos mínimos intentando enfocar la atención en cada uno de ellos. La pintura parte de determinada pautas, que al ponerla en marcha, va conformando su apariencia final, en conjunto con las variaciones, desviaciones o errores del proceso pictórico, creando un cúmulo de instantes congelados. Los colores metálicos sobre negro son como destellos del espectro electromagnético, la energía manifestándose en el espacio.

Por sus similitudes con el papel, y la cercanía de estos trabajos con el dibujo, el uso de Pellón ha resultado idóneo. La fibra sintética del material, absorbe el acrílico de las esponjas impregnadas, con las que se realizan los cuadros, cuyas improntas van disminuyendo de intensidad con cada iteración, creando formas y patrones de luminosidades iridiscentes que parecen tener volumen y profundidad. Centenares de puntos, bolas o planetas componen campos inmersivos de color.

Otras pinturas combinan dos imágenes en una, dispuestas en un tejido cuadricular. Las cintas retiradas, salpicadas de colores por la pistola pulverizadora, son reutilizadas, adheridas a una nueva tela, conformando un cuadro de teselas de colores, hecho con los fragmentos no incluidos en el cuadro previo. De otra serie, cuadros como Origen y manifestación, fueron producidos por medio del enmascarado de delgadas líneas hechas con cinta, al destapar, pintar, y tapar alternadamente, hasta perderse la imagen; con la sorpresa del cuadro final, que al retirar todas las cintas, re-emerge transformado en una trama con sutiles cambios y mezclas de color, donde distintas figuras se llegan a entrever.