Enrique Rosas (México, 1972), quien estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha combinado desde el principio arquitectura, pintura y cine en un enfoque multidisciplinario. Su obra, que integra arte y nuevas tecnologías, aborda importantes preocupaciones sociales como el ataque a las libertades y la crisis de sentido.
En 1991, Enrique Rosas inició, casi inadvertidamente, una indagación arqueológica personal que lo condujo a los orígenes del cine y lo sumergió en los enigmas de la magia y el lenguaje. Su aventura comenzó con una entrada furtiva a la «Torre de los Vientos» de Gonzalo Fonseca, construida dentro del programa de las olimpiadas culturales de México 68, marcando el inicio de una travesía que ya abarca tres décadas. De eclipse a eclipse, el fuego sagrado ha sido su guía, hallando respuesta insospechada en la llama Olímpica de 1968 en México.
Este viaje es una expansión de la primera Olimpiada Cultural del mundo, gestada en un terreno primero olvidado, pero intrínsecamente fecundo. Tras su redescubrimiento, este espacio demanda una nueva interpretación a la luz de un mundo en crisis, agitado por voces dispares que, aunque parecieran inconexas, resonaron coordinadas desde focos críticos globales como París, Praga y México. Hoy, en 2024, ante una nueva crisis global, aquel 1968 revitaliza sus energías, reconectando México y París como hitos de una historia compartida que desafía el tiempo.
La propuesta Feu Nouveau está constituida por cuerpos de obra, desplegados de manera coherente en cada una de las habitaciones del Instituto Cultural de México en la Rue Vieille-du-Temple, en Paris, dentro del contexto de los Juegos Olímpicos de 2024.