Secuencia solar

Es una serie de 13 fotogramas tomados de un atardecer filmado en la costa del Pacífico por Devaux en 2020 para la producción de su videoinstalación Temps Mort, loop video mudo en el cual el sol brilla constantemente en medio del cielo negándose a salir de su centro. Permanece a la vez vibrante e inmóvil, restringiendo el mar dentro de un ciclo interminable de movimiento. Es ese momento en el que el tiempo se detiene. Nuestra estrella se ha transformado en un pozo de luz en el centro del espacio amarillo. Las olas implacables del mar pueden dar a entender con su ritmo oscilante que el curso del tiempo continuará, pero no es así. Todo queda atrapado en un parón permanente por ahora. En este video contemplativo, los conceptos de movimiento e inmovilidad se entrelazan dentro de su propia dimensión, paralela a la nuestra. Incluso el sonido desaparece. Esta vez en la Secuencia Solar, Devaux decide congelar los diferentes momentos de la puesta de sol hasta la desaparición de la estrella en la noche oscura, en una composición vertical que recuerda el descenso del propio sol y juega con los colores y la geometría al ir del círculo perfecto al semicírculo y hasta el último punto de luz visible en el horizonte antes de jugar con la desaparición ya no de la estrella sino de la luz misma. Aquí Devaux intenta filmar como un pintor y juega con el paisaje para teñirlo hacia la abstracción.

Secuencia solar
13 fotografías a color
15 x 23,5 cm c/u, 2020

Untitled Suspended Sun / Sin titulo Sol Suspendido

El sol se quedó suspendido a medio cielo, dejando el mar solo continuar con su movimiento perpetuo. El tiempo está detenido. Nuestro astro se volvió un hueco de luz dentro del amarillo. La oscilación incesante del agua parece indicar que el tiempo reanudará su ciclo volviendo a avanzar aunque por ahora todo permanece en espera. En este video meditativo el movimiento y la inmovilidad se unen en una dimensión paralela. El sonido ya desapareció.


Julien Devaux

Untitled Suspended Sun / Sin titulo Sol Suspendido
Loop infinito de video HD 16/9 – sin sonido

Edición de 3 + 2 pa, 2020

Julien Devaux

Ver el mar y morir
Impresión sobre papel algodón
80 x 45 cm, 2019. Edición de 3 + 2 p.a.

Jerjes 2016

“Es por falta de sentido de la proporción que los persas invaden Grecia y, decepcionados por los caprichos del mar Egeo, se comprometen a castigarlo azotando sus olas.”

Proust utiliza el mito de Xerxès dos veces en el Cautivo. Una vez como ejemplo de belleza poética derivada de actos incomprensibles y nuevamente para mostrar cuán desesperados son sus intentos de sondear al comportamiento de Albertine para saber si ha sido o no mentirosa o infiel.
Y, sin embargo, no se me ocurrió que hacía mucho tiempo que debería haber dejado de ver a Albertine, porque ella había entrado, para mí, en ese lamentable periodo en el que una persona, esparcida en el espacio y en el tiempo, ya no es una persona, sino una serie de hechos sobre los que no podemos arrojar luz, una serie de problemas insolubles, un mar que, como Jerjes, azotamos con varas en un absurdo intento de castigarlo por lo que se ha tragado. Una vez que ha comenzado este periodo, estamos forzosamente vencidos.
El Cautivo 5:131.
El arte extraído de la realidad más familiar si existe y su dominio es quizas el más grande de todos. Pero es cierto, no obstante, que se puede encontrar un interés considerable, por no decir belleza, en acciones inspiradas por una mentalidad tan alejada de todo lo que sentimos, de cualquier cosa en que creemos, que nos resultan incomprensibles, mostrándose ante nuestros ojos como un espectáculo sin ton ni son. ¿ Qué podría ser más poetico que Jerjes, hijo de Dario, ordenando azotar el mar con varas por haberse tragado su flota “

El Cautivo 5:53.

Jerjes
Instalación video (dual screen o mono screen)
Video HD 16/9, stereo
Edición de 3 + 2 pa, 2016

La trayectoria de un cuerpo aparentemente blando se dispara desde el borde de un muro hasta azotar el piso. El sonido es seco, la caída ha sido dura. Uno a uno, sumándose en un constante apilamiento, va formando de a pocos un elemento colosal que paulatinamente bloquea la vista. Tatacuá «Totem contemporaneo» articula un juego visual a partir de la materialidad, a la vez místico y no, construyendo lo masivo desde la ligereza.

 

Lorena Moreno Vera

Julien Devaux

Tatacúa
Impresión sobre papel algodón
70 x 50 cm, 2018. Edición de 3 + 2 p.a.

Julien Devaux

Naufrago
Instalación video con una serie de 21 fotografías de 16,5 x 24 cm y un iPad
Fotografías. Impresión sobre papel algodón
Videos HD, stereo 10´
Edición de 3 + 2 pa, 2016

Julien Devaux

Into the void
Impresión fotografica sobre papel algodón
120 x 80 cm, 2016
Edición de 3 + 2 p.a.

The Splash

No sin cierta rebeldía y sentido del humor, el cineasta Julien Devaux se «tira a la piscina» del arte; tras una amplia experiencia como ‘hombre-cámara’ al servicio de diversos artistas que van desde Melanie Smith hasta Francis Alÿs, entre otros. Para ello, uno de los primeros gestos del cineasta -o paso «de la muerte»- ha sido ponerse delante de una cámara fija, en la que la imagen, compuesta a la manera «pictórica», enmarca la acción. Que en el caso específico de «Into the pool» emula uno de los paseos por los canales de Ámsterdam del mítico artista holandés Bas Jan Ader. Sin embargo, es importante señalar que todas las acciones que componen las piezas de Devaux aluden sin ningún tipo de artificio y con bastante picardía a una cierta historia del arte.

Maria Virginia Juau

Into the void
Impresión fotografica sobre papel algodón
120 x 80 cm, 2016
Edición de 3 + 2 p.a.

Into tríptico: Into the Void / Into the Pool / Into the Pit

Bas Jan Ader fue un artista que dedicó toda su obra a reafirmar cierta condición del espíritu humano a través de la caída. Literalmente practicó (y filmó) los momentos en que su cuerpo caía. Llevó también este ejercicio hacia ciertos objetos. La idea de caer (y su puesta en práctica) podría tomarse seriamente como una metáfora del fracaso y, viniendo de un artista de origen holandés asentado en Los Ángeles en los años setenta, bien podría tomarse como el traslado de la tradición romántica hasta alguno de los suburbios de esa ciudad californiana. Anotemos algunas escenas: Bas Jan Ader rodando por el tejado de una casa hasta caer al suelo o colgando de un árbol hasta que los brazos ceden para caer al río; cayendo a un río intencionalmente al desviar la dirección de la bicicleta en la que va montado o entrando al mar pedaleando con fuerza; realizando un movimiento pendular mientras hace una pieza donde cita a Mondrian, el estirado cuerpo del artista caerá en algún momento. Si literalmente cae, tenemos que algunas caídas suceden de manera mucho más afectiva que física, y llevan a una caída existencial, a referirse a una fuerza que se pierde en busca de lo milagroso.

Julien Devaux (Tournai, 1975) decidió tomar estos referentes para articular una serie de piezas (acciones) durante una estancia en Casa Wabi, en Oaxaca. Digamos que decidió sumarse a una práctica que en el arte contemporáneo es mucho más que una manera de realizar una cita o referenciar ciertas maneras de comportarse. Se suma a quienes asumen la historia del arte como un contenido que hay que filtrar desde la práctica misma y, desde ahí, posicionar una serie de enunciados. Devaux, afortunadamente, lo hace con un sentido del humor que resulta bastante refrescante si consideramos la solemnidad del arte, donde todo dispositivo es político o de denuncia o de reafirmación gastada de cierta defensa de algo. Recordando algunos de los momentos en que la intersección arte-crítica ha sido contundente, bien vale la pena colocar a la ironía y el humor como instrumentos más complejos, pues desde ahí se desestabilizan ciertas maneras de hacer y se confrontan mecanismos desgastados y obsoletos en los comportamientos del arte contemporáneo. Como espacio de pensamiento crítico, podría mirarse el acento irónico de Devaux como una primera nota en una revisión puntual al respecto, preguntarnos quiénes y qué están aportando a ese comportamiento crítico.

Into (into the void – into the pool – into the pit), 2016. A lo largo de veintiún minutos Devaux plantea una serie de acciones en una pieza de video en tres canales. En los tres casos la cámara se ha fijado y el encuadre es determinado por el paisaje, su arquitectura y su geometría. Corre cámara y hay que esperar a que algo suceda; incluso cuando ya está sucediendo algo sabemos que no ha pasado nada, aún. El absurdo se ha activado y Devaux realiza una tarea repetitiva: construirá una “cama” de colchonetas que (ya lo sabemos) permitirá que su caída sea en blandito. Un salto a la Yves Klein que ya vimos en otra imagen fotográfica en la misma exposición. Esperamos para atestiguar la caída que sucederá en unos segundos. Cae. Vuelve a caer al entrar a una piscina en bicicleta (a diferencia de Bas Jan Ader él sale del agua y se aleja tranquilo). Unos trabajadores construyen un arco de madera; terminado el arco Devaux entra en escena, se cuelga del travesaño y vuelve a caer; desaparece de cuadro.

Para la ejecución de la pieza titulada El náufrago (2016) Devaux decidió jugar con la relación entre la imagen fija y la imagen en movimiento para articular un relato que describe a un hombre (el mismo artista) trepando a una balsa improvisada con bambú , cuyo esfuerzo físico será intentar navegar evitando la caída, cosa que se logra sin demasiada resistencia del mar, que golpea con cierta intensidad.

 

Luis Felipe Ortega

Into tríptico: Into the Void / Into the Pool / Into the Pit
Instalación video a 3 canales
Medidas variables, 20´, 2017
Edición de 3 + 2 p.a.

Después de mi si es que algo queda

“Recuerdo haber sido invitado a compartir unas comidas durante el verano de 1987 en las montañas de Turquía, por el lago Beysehir, cerca de la resurgencia de Pinar Gozu, un fabuloso rio subterráneo que en ese entonces explorábamos. Las mujeres se sentaban a la mesa una vez que los hombres ya estaban satisfechos.”

Julien Devaux observa y filma a pájaros comiendo granos esparcidos sobre un piso a cuadros. El juego de “go” está en su punto más álgido cuando llega un pajarraco, embiste el tablero y todos los pajaritos huyen al mismo tiempo. Cuando el forzudo se va, la bandada de muertos de hambre regresa de inmediato a comer todo lo que puede lo más rápido posible. Embriagado de su poder, el fortachón repite la operación varias veces, ya no por hambre sino por pura provocaciónSujetos a la ley del más fuerte, los pequeños pasan después de los grandes si es que éstos no se los comen. Esta ley es tan natural como se dice. También se dice que la naturaleza hace bien las cosas.”


Michel Blancsubé

Después de mi si es que algo queda
Instalación video 3´30´´
DV 4/3, stereo
Edición de 3 + 2 pa, 2017

Pez gordo
HD Video, 50¨¨, animación Stop Motion
16/9, stereo
Edición de 3 + 2 pa, 2017

Noche buena

El trabajo de Devaux se ha desarrollado entre el documentalismo y el video arte, con Noche Buena expande su investigación para producir un paisaje sonoro desde una estructura cinematográfica. Explorando las posibilidades de la imagen, esta propuesta presenta un paisaje ficcional donde, traicionando cualquier pretensión de retrato, la desarticulación sonido-imagen permite un golpe de sentidos. Esta operación se separa de una tradición de experimentación sonora, en este trabajo lo que se explora son las formas narrativas que pueden formarse a partir de un palimpsesto de sonidos, es decir, de algo que se ha grabado nuevamente pero que conserva huellas de su escritura anterior en su propia superficie. En esta acumulación de capas sonoras Noche Buena produce su paisaje desde un juego de luz, su propia oscuridad genera una tensión entre lo visto y lo oculto donde lo que tiembla es la imagen que se resiste a aparecer. El sonido en esta pieza no intenta completar la imagen sino producirla por recuerdo. Los sonidos que se presentan reconstruyen la posible trayectoria de una noche, ahí se entremezclan las tensiones entre la naturaleza, la fiesta, el trabajo, lo religioso y lo vivo. Noche Buena produce una temporalidad sacada de quicio que permite que el paisaje sea una historia más que una instantánea. Paisaje sonoro ficcional que nos envuelve para cuestionarlos sobre la construcción de las imágenes y su relación con lo sonoro y lo narrativo.

 

Helena Chavez Mac Gregor

 

De la noche donde sólo se escuchan los cantos de los grillos, surgen los redobles de los tambores que nos recuerdan el pasado precolombino. De pronto, las campanas se entusiasman como en respuesta a una amenaza que viene del pasado. Es el choque de las épocas y de las creencias. Luego los cohetes alumbran la noche y la fiesta que estaba en pleno auge se vuelve un campo de batalla. Las deflagraciones hacen que aparezcan por un instante los picos de las montañas que rodean el pueblo. La tranquilidad regresa, los grillos retoman su canto y se mezclan con el bolero que viene de las campanas de la iglesia. Los trabajadores cavan la tierra con la ayuda de sus palas, ¿quizá para enterrar a los muertos?…

Julien Devaux

Noche buena
Instalación video HD, 25¨, color 4.1.
Efectos visuales: Jorge Romo. Diseño sonoro: Félix Blume.
Edición de 3 + 2 pa, 2015

Chichis

“Chichis” en francés coloquial significa churros.
“Chichis” en slang mexicano significa senos.
Hace un par de años, después de una filmación intensa en Paris, regresé a casa en moto muy tarde, muerto de cansancio. Me paré en el último restaurante abierto del barrio de Belleville y pedí una sopa Pho.

Mientras la comía, me di cuenta que estaba viendo el puesto callejero de churros a través de la ventana –con mi atención focalizada hacia el letrero “Chichis”– pensando inconscientemente en mi novia mexicana de la época. Me morí de la risa, salí del restaurante y compré el letrero.


Julien Devaux

 

(La instalación Chichis trata de convertir el espectador en voyeurista con la caja y su video y a la vez trata de traducir la textura del mismo video hacia otra técnica – la del tapiz Gobelino en un homenaje pictural, abstracto y poderoso a la feminidad.)

Chichis
1) Instalación video HD / 3D estereoscopico (loop, 17´).
2) Caja de madera y iPod touch.
3) Letrero de LED´s
4) Tapiz gobelino de alto liso, 267 x 200 cm. Hilos de lana natural tintada y metálicos.
2016

Pareja de pescadores I

Anciana

Niña de vestido rosa sobre roca

Niña de vestido verde sobre roca

Madre presentando a su hija

Madre soltera con bebé

El consentido

Joven de espaldas

Pareja de pescadores II

Las primas

Madre con hijos

Madre e hija

Joven acostada de espaldas

Joven sobre tronco de espaldas

El motocyclista

Niña con perro

Joven acostada con celulars

Xolo y pavorreal

Los ciclistas

 Retratos de la costa

Una calurosa tarde de noviembre 2016 Julien Devaux manejaba en un pickup por las calles de El Venado, Cacalote y San Isidro, comunidades de la costa de Oaxaca. A todos que encontraba allí les preguntó si querían que les tomara la foto. Unos días después Julien se regresó con los elementos de un estudio improvisado – taburetes de madera, sombreros, floreros de Casa Wabi (donde era residente en ese momento), una sabana blanca de la cama, una cubrecama roja con pavo real del tianguis, otra cobija con rayas negras – y se puso a montar trasfondos que reapropiaron esas materiales cotidianas, volviéndolas exóticas y teatrales. Los personajes – los que se animaron a presentarse al lugar a la hora indicada – eran los niños, niñas, parejas y familias de esas comunidades, vestidos en su propia ropa, posicionados frente a trasfondos que incorporan a sus bordes características vernáculas de su propio entorno, sus paredes, palmeras, palapas, techos de lamina y también sus rocas, pedazos de madera y bolsas de cemento. 

Inspirado por el trabajo de Malick Sidibé, fotógrafo de Mali, el enfoque en estos retratos ha sido representar a los personajes como escogieron a representarse a si mismos – si fuera sobre su moto o bicicleta, con sombrero, sin sombrero, con un florero en la mano o a los pies, balanceándose sobre un pedazo de madera como escenario, o reclinando sobre el colchón, con la mirada frente a la cámara o al lado de manera provocadora – las imágenes son intimas y performanceras/performativas a la vez. 

Las fotos logran capturar algo de la calidad marginal de esas comunidades. La referencia a Sidibé, a Mali, y la diáspora es relevante no solo en términos estilísticos pero también relacionado con la historia de la segregación de esta costa y de sus habitantes. La Costa Chica es conocida por sus ‘pueblos negros’, poblaciones de los descendientes de esclavos Africanos trajeron por los españoles durante la conquista, liberados o escapados, quienes se asentaron allí en el borde del país. Si en la mayoría de las fotos aquí no se nota visualmente los rasgos Africanos de estas comunidades, lo que se manifiesta es el sentido de la dislocación geográfica e histórica que les separa del resto del país y de su cultura centralizada. 

En estas imágenes vemos una variedad de caracteres y contradicciones; una muchacha se estira, seductora, en el colchón mientras simultáneamente se esta escondiendo detrás de la pantalla protectora de su celular. Dos chicas deciden usar el mismo vestido rosa con resultados muy diferentes. Hay mamas; una posiciona su bebe precariamente un el taburete frente a la cámara mientras ella se retira, otra reclina en medio del colchón con todos sus hijos rodeándola. Talvez lo mas conmovedora es la mama quien llegó tarde al estudio que ya lo desmontaban mientras anochecía; ella – en playera de bandera estadounidense, con el trasfondo desnudo de madera, rocas y bolsas rotas de cemento – mira contemplativa a la cámara con sus dos niños, y la noche infringe a su alrededor. En varias fotos vemos mujeres u adolescentes a espaldas y percibimos la danza lúdica entre el fotógrafo y los personajes retratados, ejercitando fuerzas opuestas y negociando la seguridad y la timidez, la seducción y la coquetería. 

Una semana o dos después del encuentro fotográfico, Julien regresó al Venado, a Cacalote y a San Isidro con las impresiones de todas las imágenes capturadas. Esta vez montó una galería improvisada y invitó a las personas a reclamar a sus imágenes para la posteridad. 

 

Lucy Foster

Retratos de la costa
Impresión sobre papel algodón

40 x 40 cm, 2016. Edición de 5 + 2 p.a.

Juien Devaux
Bélgica, 1975

Artista visual y cineasta, Devaux vive entre la Cuidad de Mexico y Paris.
Su trabajo se ha desarrollado entre el documentalismo y el video arte – buscando poner en relación la construcción de imágenes y las narrativas que las acompañan.
Ha colaborado en el trabajo de video de muchos artistas contemporáneos entre Mexico y Europa.
Se graduó de la École du Louvre en París después de un Curso de Fundación en Bellas Artes en Weston-Super-Mare, Inglaterra.