Luis Felipe Ortega

Sin título
(Sobre la posibilidad del silencio y la imposibilidad de la mirada) I

Acrílico sobre piezografía
100×150 cm, 2018

Luis Felipe Ortega

Sin título
(Sobre la posibilidad del silencio y la imposibilidad de la mirada) II

Acrílico sobre piezografía
100×150 cm, 2018

Luis Felipe Ortega

Sin título
(Sobre la posibilidad del silencio y la imposibilidad de la mirada) III

Acrílico sobre piezografía
100×150 cm, 2018

Luis Felipe Ortega

Sin título
(Sobre la posibilidad del silencio y la imposibilidad de la mirada) IV

Acrílico sobre piezografía
100×150 cm, 2018

(…) Toda fotografía es una alegoría de la verdad. En ella radica su eterno oscilar como “metáfora fundadora, no solo en tanto que metáfora fotológica –y a este respecto toda la historia de la filosofía sería una fotología, nombre que se le da a la historia o al tratado de la luz–, sino en tanto que metáfora: la metáfora en general, paso de un ente a otro, o de un significado a otro.

 

Sergio González Rodríguez
Contra la verdad de la fotografía, 2014

 

(…) En estas piezas de Luis Felipe hay una voluntad de oscurecer las imágenes por medio de la pintura. Y le pregunto si le parece que este impulso iconoclasta coincide de alguna forma con Malevitch y con el programa de laborar y deconstruir el propio mecanismo óptico y metafísico de alcanzar, atrapar, capturar la luz. A veces basta con dejar flotar la pregunta en el aire, sin apurar ni exigir ninguna respuesta… Porque de inmediato surge otra: ¿se trata de una intervención dentro de las lógicas de la pintura o del dibujo? – Las líneas de pintura acrílica que atraviesan las fotografías están más cerca del gesto del dibujante y en esto también hay una correspondencia con Malevitch cuando, re riéndose una vez más a sus cuadrados, señala: “esta es mi principal obra, ahora ya no con un pincel, sino con una pluma. El pincel no consigue tanto como el bolígrafo. El pincel es difuso y no alcanza los impulsos del cerebro, mientras que la pluma es más nítida”. Aunque en principio aquí parezca que se busca el ocultamiento de la imagen, lo que se persigue es una cierta nitidez. Ya que, al oscurecerla, contra la verdad del negro se perfila con mayor detalle el misterio de la visión y, en consecuencia, de la ceguera. La imagen se nos regresa como un gesto trazado por la mano del ciego derridiano.

 

María Virginia Jaua
Imagen de fondo en negro /
A la luz de una conversación, 2022

Luis Felipe Ortega

Metapaisaje II
Acrílico sobre piezografía en papel de algodón
80×120 cm, 2021 

Luis Felipe Ortega

Metapaisaje V
Acrílico sobre piezografía en papel de algodón
80×120 cm, 2021 

Luis Felipe Ortega

Metapaisaje VI
Acrílico sobre piezografía en papel de algodón
80×120 cm, 2021 

Luis Felipe Ortega

Metapaisaje VII
Acrílico sobre piezografía en papel de algodón
80×120 cm, 2021 

(…) Toda fotografía es una alegoría de la verdad. En ella radica su eterno oscilar como “metáfora fundadora, no solo en tanto que metáfora fotológica –y a este respecto toda la historia de la filosofía sería una fotología, nombre que se le da a la historia o al tratado de la luz–, sino en tanto que metáfora: la metáfora en general, paso de un ente a otro, o de un significado a otro.

 

Sergio González Rodríguez
Contra la verdad de la fotografía, 2014

 

(…) En estas piezas de Luis Felipe hay una voluntad de oscurecer las imágenes por medio de la pintura. Y le pregunto si le parece que este impulso iconoclasta coincide de alguna forma con Malevitch y con el programa de laborar y deconstruir el propio mecanismo óptico y metafísico de alcanzar, atrapar, capturar la luz. A veces basta con dejar flotar la pregunta en el aire, sin apurar ni exigir ninguna respuesta… Porque de inmediato surge otra: ¿se trata de una intervención dentro de las lógicas de la pintura o del dibujo? – Las líneas de pintura acrílica que atraviesan las fotografías están más cerca del gesto del dibujante y en esto también hay una correspondencia con Malevitch cuando, re riéndose una vez más a sus cuadrados, señala: “esta es mi principal obra, ahora ya no con un pincel, sino con una pluma. El pincel no consigue tanto como el bolígrafo. El pincel es difuso y no alcanza los impulsos del cerebro, mientras que la pluma es más nítida”. Aunque en principio aquí parezca que se busca el ocultamiento de la imagen, lo que se persigue es una cierta nitidez. Ya que, al oscurecerla, contra la verdad del negro se perfila con mayor detalle el misterio de la visión y, en consecuencia, de la ceguera. La imagen se nos regresa como un gesto trazado por la mano del ciego derridiano.

 

María Virginia Jaua
Imagen de fondo en negro /
A la luz de una conversación, 2022

Luis Felipe Ortega

Sin título (Aproximaciones a la noción del silencio en Samuel Beckett) II
Grafito sobre lienzo
175×120 cm, 2021

Luis Felipe Ortega

Sin título (Aproximaciones a la noción del silencio en Samuel Beckett) III
Grafito sobre lienzo
175×120 cm, 2021

Luis Felipe Ortega

Desayuno para Ailton Krenak
plomadas, hilo de acero, madera, figura de plástico y piedras de río
250x140x448 cm, 2022

Luis Felipe Ortega

Horizonte I
Acrilico y tinta china sobre papel
100×215 cm, 2014

Luis Felipe Ortega

Horizonte II
Acrilico y tinta china sobre papel
100×215 cm, 2014

“¿Qué es un horizonte? Es una línea que aparentemente separa el cielo y la tierra. Sin embargo ese límite es inestable porque depende del terreno y de la mirada de quien lo observa, haciendo que siempre tenga algo de relativo y de artificial. En ese sentido, el espacio que se genera a partir de esa ambigüedad es producto de una serie de relaciones y nunca es fijo sino más bien variable. A su vez, esas relaciones producen diferentes experiencias en los observadores porque lo que está en juego no sólo es su mirada sino su cuerpo, que es el que permite la relación. Ese espacio ambiguo e intersticial y la experiencia particular que produce es el que ha explorado Luis Felipe Ortega en los últimos quince años (…). A partir de relaciones entre paisajes, arquitecturas, objetos y cuerpos, pero también entre imágenes y volúmenes, marcados por la tradición del arte minimal y conceptual norteamericano y del movimiento neoconcreto brasileño, Ortega se ocupa de producir espacios liminares donde los materiales y técnicas de ejecución se vuelven fundamentales: tanto el tamaño de las piezas, así como sus materiales llevan consigo un trabajo específico que permiten una imaginación peculiar del tiempo invertido en su realización. De esta forma, los tiempos y espacios conviven de maneras singulares y sólo pueden ser percibidas estando allí, en el espacio de exhibición. Es por eso que la sencillez aparente de cada una de las obras es eso, pura apariencia: en la medida en que se ven con cuidado y que se transitan, van adquiriendo una dimensión diferente haciendo manifiestas la multitud de capas que las componen(…).

Daniel Montero

Luis Felipe Ortega

Larga noche en el presente
(43 ensayos en torno a los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014)
Grafito y lápiz pastel sobre lienzo, 70×40 cm/u, 2016

Doble exposición (expandida)
Acrílico sobre impresión offset.
40 imágenes 39,5×27,5 cm/u, 2012-2017

Luis Felipe Ortega

Sin titulo (Una posible coreografía para Camilo Sosa)
Tinta acrílica y óleo sobre lino , 20×28 cm, 2023

Luis Felipe Ortega

Consideraciones sobre el presente
Piedras volcánicas, cantera, piedras de río, libro y metal
162x30x20 cm, 2017

Luis Felipe Ortega

Doble exposición (expandida) 
Acrílico sobre impresión offset
40 imágenes 
39,5×27,5 cm / u, 2012-2017

Luis Felipe Ortega

Estudio para doble exposición (expandida) 
Acrílico sobre impresión offset. 4 imágenes 
40 x 26,4 / u, 2011-2017

Luis Felipe Ortega

Estudio para doble exposición (expandida) 
Acrílico sobre impresión offset. 6 imágenes 
40 x 26,4 / u, 2011-2017

Después de estudiar la obra de Perter Fischli & David Weiss, Luis Felipe Ortega intervino los pósters del dúo suizo durante una residencia artística en Brasil en 2012, momento en que profundizó en la investigación de artistas como Hélio Oiticica. La serie Flowers de Fischli & Weiss fue realizada 40 años después del lanzamiento del Manifiesto Neoconcreto, publicado en 1959 en el Jornal do Brasil, en Rio de Janeiro. Aunque el artista suizo Max Bill, fundador de la Escuela Superior de la Forma de Ulm, haya sido fundamental para el desarrollo de las vanguardias concretistas en el Brasil, el trabajo de Ortega se aleja completamente de una mera yuxtaposición del arte suizo con el brasileño. El trabajo de Fischli & Weiss está compuesto de dobles exposiciones de imágenes orgánicas de hongos, pétalos y hierbas, a éstas Ortega contrapone una categoría geométrica. No se trata solamente de producir imágenes a partir de algo que ya existe, sino de apropiarse de un trabajo habitándolo desde adentro. El procedimiento es el de la reordenación de tradiciones al punto de alejarse de cualquier distinción entre el original y el manipulado. La inserción de una trama de pequeños rectángulos sobre imágenes curvas, naturales y fluidas, realizada por Ortega, produce una tercera capa. Los pósters que ya poseían colores vibrantes, adquieren ahora un sentido diverso. Los rectángulos pasan a asemejarse a pixeles ampliados, como si ellos integrasen la propia estructura de las imágenes. El juego cromático propuesto por el artista ora intensifica ora apacigua los colores y los vínculos entre figura y fondo. Es sabido que toda figura solo es percibida en relación a un fondo, así como el sonido solo es escuchado porque hay un silencio. Pero en el trabajo de Ortega todo pasa como si ya no supiéramos lo que está detrás y lo que está en primer plano. Tal como fue explorado por los concretistas en Brasil, hay una reversibilidad entre figura y fondo.

La producción inicial de artistas de los grupos Ruptura y Frente, que lanzaron las bases del arte concreto en Brasil, está repleta de ejercicios que investigan las relaciones entre color, estructura y plano. Pero esa vertiente, especialmente en la obra de Oiticica, se despliega más allá de la pintura tradicional sometida al cuadrado y salta hacia el espacio tridimensional. El recorrido de Ortega es exactamente el opuesto. El artista se aventura por primera vez en el campo de la pintura después de una sólida experiencia de trabajos en el espacio tridimensional. Al intervenir las imágenes de Fischli & Weiss, él dialoga con la tradición concretista en Brasil disecando el espacio pictórico con líneas verticales, horizontales y planos de color. Ortega parte de la comprensión del espacio como elemento activo y no como una categoría racional, objetiva y estática. En ese sentido, el tiempo se infiltra en el espacio y provoca movimientos en toda la composición. La estructura de las imágenes es quebrada por la distribución asimétrica de los rectángulos. Con eso, el trabajo final posee musicalidad, con ritmos que varían desde la imagen de cada póster. Es como si la estructura pasase a bailar, adquiriendo así una dimensión temporal. Configurado como activo (y virtual en tanto duración), el tiempo no es concebido como elemento mecánico. No se trata de un tiempo objetivo y mensurable, entendido numéricamente por relaciones de adición, sino del tiempo vivido. Por lo tanto, los años que separan a Oiticica y Fischli & Weiss de la elaboración del trabajo de Ortega no representan dificultad alguna. Es como si el artista reencontrara una sincronía en relación a sus referencias. Internamente el tiempo de estos trabajos no puede ser medido; él es inmensurable, es pasaje constante. En ellos las formas y estructuras saturadas de color se funden de modo orgánico. Si la doble exposición de Fischli & Weiss ya presentaba una voluntad de integración de distintas imágenes, la operación de Luis Felipe Ortega supera definitivamente cualquier dualismo y reencuentra en sus referencias una unidad primordial e indivisible.

 

Caué Alves

 

Luis Felipe Ortega

Sin titulo I
(Sobre la noción de vacío en Kawabata)
Óleo sobre lino, 30 módulos
30×30 cm / u, 2023

Luis Felipe Ortega

Ou a permanencia de una ideia improvável
Polvo de mármol, piedra y libro
50x240x150 cm aprox, 2022-2023

Luis Felipe Ortega

Esquina expandida
(Líneas, cantos, espejo y peso) 
Madera, espejo, hilo de acero y plomada
medidas variables, 2016-2023

Luis Felipe Ortega

Sobre uña base (Especulación 1)
Varillas de cobre incrustadas sobre pedestal
Dimensiones variables, 2009

Luis Felipe Ortega

Sin titulo (sobre la noción de peso en Calvino)
Tinta acrílica y gouache sobre papel
177×58 cm, 2022

Luis Felipe Ortega

Sin título (sobre la noción de rapidez en Calvino)
Tinta acrílica y gouache sobre papel
177×58 cm, 2022

Luis Felipe Ortega

Paisaje y geometría (para P.P.P)
Hilo de algodón, tezontle, cantera, grafito
40x7x2,20 m, 2017

Luis Felipe Ortega

Altamura
Video, 00:18:44, sonido Mauricio Orduña, On line Alfonso Cornejo
Aspect ratio 16:9, ester, color, NTSC

Luis Felipe Ortega

Remake
Video, Luis Felipe Ortega y Daniel Guzmán
10 min, edición de 3 + pa + 1 copia de exhibición, 1994

luis felipe ortega
ciudad de méxico, 1966

La obra de Luis Felipe Ortega responde al pensamiento actual secuestrando palabras, frases e ideas de escritores y cineastas, de filósofos y antropólogos, de músicos y artistas para tejer un mapa híbrido de relaciones. A partir de ese mapa, de esa materia prima, Ortega genera acciones, situaciones, videos, dibujos, esculturas e instalaciones. Poniendo en tensión el marco o límite de las piezas con el cuerpo del espectador, su obra siempre enmarca la dimensión específicamente política del arte. El horizonte, el vacío y el silencio constantemente son lugares de arribo y de nuevas partidas en su producción.

Construir ideas (herramientas) con las cuales nos relacionamos con otras ideas, es una de las principales obsesiones de Ortega; su producción puede entenderse entonces como un campo lúdico para construir esas herramientas.

Luis Felipe Ortega (Ciudad de México, 1966) es egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha escrito para múltiples publicaciones y ha editado varias revistas desde inicios de los años 90. En el 2002 realizó una residencia artística en el International Studio & Curatorial Program (ISCP) de Nueva York. Ha recibido varios reconocimientos, incluyendo el Sistema Nacional de Creadores (2006, 2009, 2015 y 2020) y FONCA, Jóvenes Creadores (1998).

Representó a México en la 56 Bienal de Venecia (2015) y su obra se ha incluido en las siguientes bienales: Bienal de Coimbra, Portugal (2019), Bienal de Praga, República Checa (2009); Bienal de Tirana, Albania (2001) y Bienal de Gwangju, Corea del Sur (2000).

Entre sus exposiciones individuales podemos destacar las siguientes: …y luego se tornará resquicio, Museo Amparo, Puebla (2022); A Horizon Falls, A Shadow, Mattatoio-MACRO, Roma (2018); A propósito del borde de las cosas, Museo Experimental El Eco, México (2017); Así es, ahora es ahora, Laboratorio Arte Alameda, México (2010); Horizonte Invertido, El Clauselito, Museo de la Ciudad de México, México (2010); Before the Horizon, Maison d’Art Actuel des Chartreux, Bélgica (2006); Ocupación, Sala de Arte Público Siqueiros, México (2004), Km 96, Kurimanzutto, México (2002: Yo, Nosotros, Centro de la Imagen, México (2000) y Campo de acción, Art&Idea, México (1997).

Ha participado también en numerosas exposiciones colectivas dentro las cuales podemos destacar las siguientes: Between Words and Silence. The Work of Translation, Armory Center for de Arts, Pasadena (2017); Punk, sus Rastros en el Arte Contemporáneo, MACBA/Barcelona, Museo Universitario del Chopo/México (2016); Strange Currencies. Art and Action in Mexico City 1990-2000, The Galleries at Moore College of Art and Design, Philadelphia (2016); Moving Time: Video Art at 50, 1965-2015, Eli and Edythe Broad Art Museum, Michigan (2016); Antes de la Resaca. Una Fracción de los Noventa en la Colección del MUAC, México (2011); La Era de la Discrepancia, MUAC, México, MALBA, Buenos Aires, Argentina/Pinacoteca do Estado de São Paulo, Brasil (2008); Esquiador en el Fondo del Pozo, Jumex, México; After the Act, MUMOK Museum Moderner Kunst, Austria (2005); Cover Theory. L’arte Contemporanea Come Re-interpretazione, Officina della Luce, Italia (2003); Elephant Juice (Sexo entre amigos), Kurimanzutto, México (2003); Ummaguma: Especies de Indeterminación, México, (1995); Jorge Kunst Uit Mexico, Bélgica (1994) y Temístocles 44-I (Decoraciones para el hogar), México (1993).